Vista parcial de Prádanos de Ojeda (foto on-line) |
Desde este portal, impregnado de viejas añoranzas y nuevos deseos, quiero brindar a mis paisanos y conterráneos (también a quien se interesa por bellas imágenes de una comarca histórica y de grandes acontecimientos) con innúmeras maravillas de nuestra tierra: en primer lugar, fotos de Prádanos de Ojeda, el pueblo humilde que nos vio nacer y que hoy se ofrece a los ojos de fotógrafos propios y foráneos, pero todos interesados en contemplar nuestras maravillas arquitectónicas; después, mostrar los espectáculos deslumbrantes de iglesias, ermitas y monasterios de La Ojeda, abiertos a los cuatro vientos de la montaña cantábrica, así como panoramas que nuestra vista no se cansa de admirar, contemplar y fotografiar a cada año que pasa. En nuestra caminada encontramos sendas infinitas de plasticidad y armonía salidas de nuestra imaginación. Sí, porque tanto las horas del tiempo como la disposición y energía de instantes solo únicos y nuestros nos hacen ver un ángulo diferente de una ermita, por ejemplo, perdida en un valle o altozano cualquier. Todas las fotos son distintas; casi todas ellas tienen un contenido diversificado porque el momento de caminada fue diferente. Los pasos imaginarios entrecruzados por nuestros campos y carreteras nos llevan a lugares sagrados, sin duda capillas que recogieron el fervor y la fe de nuestros antepasados: mi madre (que Dios la tenga en su seno divino) ya me decía: 'en la iglesia está el Dios que nos acoge, se apiada de nuestras lágrimas y nos dice sonriendo: "hijo mío, aquí oigo el palpitar de tu corazón y escucho las palabras que tienes a decirme. En esta penumbra y silencio, arropados por el amor descolgado de una cruz, atiendo a todos los que buscan la paz y el sosiego de un templo dedicado a la oración. Aquí se medita y se recogen fuerzas para el día que tanto nos agobia".
La Vid de Ojeda - Ermita de San Jorde al fondo (en ruinas) |
De otro lado, todos o casi todos nuestros paisanos de Prádanos o de otros pueblos de la Ojeda saben muy bien de haberlo oído decir a sus padres que la provincia de Palencia, sin desmerecimiento de otras comarcas españolas, es ‘la zona más rica en monumentos románicos de Europa’. Sus numerosas rutas llevan al viajante o turista interesado en algunas localidades donde aparecen, a nuestros ojos maravillados y absortos, obras exponenciales de grandes artistas y arquitectos de la Edad Media, la época de las grandes catedrales, iglesias magníficas, ermitas gloriosas y monasterios construidos por manos de un otro mundo, obras monumentales que, según el decir de los entendidos, representan el espíritu sobrenatural y el deseo de vivir alejado de la corrupción humana, dominados por la codicia y la ganancia de hombres insensatos y sujetos a maldades históricas. Estos monumentos son testigos de fe y carencia de un Ser que a todos inculca el amor al vecino, sea de nuestras calles y caminos, sea de las ciudades donde prospera la abastanza y el desaliño. Contemplar esas edificaciones románicas y esculturas de nuestra comarca es, al mismo tiempo, explayarse a las anchas en paisajes, ferias agrícolas, romerías y fiestas tradicionales, además de disfrutar de la artesanía de nuestra tierra y de su gastronomía inconfundible. Pueblos, como Prádanos, La Vid, Olmos de Ojeda, Santibáñez de Ecla, Colmenares, Moarves etc.,mantienen vivas la cultura tradicional y las actividades económicas de las gentes que poblaron estas tierras desde antiguamente. Además, todos sabemos que los repobladores medievales y las influencias artísticas del Camino de Santiago dejaron en nuestras comarcas las mejores y más famosas muestras del Arte Románico. Como a mí me gusta decir, en Palencia y, principalmente, en nuestra comarca ‘está la más alta concentración europea de pequeñas y grandes iglesias rurales. Junto a ellas, numerosas ermitas y monasterios completan uno de los más importantes conjuntos monumentales de España’.
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